domingo, 4 de octubre de 2009

El sentimiento de la música

Ya hace muchos años que tengo el placer de poder tocar un instrumento, desde que quién me trajo al mundo me dijo a los 10 años "Oye, te he apuntado a guitarra", sin tener yo ni idea. Me enfadé bastante. Pero he acabado agradeciéndoselo. Y ahora tengo 21...


Gracias a la música he conseguido pasar momentos maravillosos. Risas, lágrimas, emoción... A medida que pasaron los años, conseguí formar lo que pensaba era un sueño, formar un grupo de música. Pero inevitablemente te vas dando cuenta de que aquello que creías un sueño es más bien como un espejismo en medio del desierto.


El amor por la música va más allá de poder tocar un instrumento. Cuando tienes otras personas a los que les gusta la música también y decides unirte a ellos para poder crear algo más, y poco a poco vas creando música a tu gusto, te sientes bien. ¿Pero qué pasa si tus objetivos no son los mismos que los del resto de personas?


Hace muy poco leí una frase: "Todos necesitamos definir prioridades en nuestras vidas. Debemos tener cuidado en como las ordenamos y luego ser consecuentes con ese orden" (Un pequeño paréntesis después de esta frase: (K) ). Cierto es que esto se puede transportar a muchas decisiones en la vida. Pero creo que esto también se puede transportar al tema de que hablo. En relación a la música puedes tener objetivos, pero después de lo que he vivido, puedo asegurar que todos son totalmente subjetivos, y poca gente comparte exactamente las mismas ideas.


¿Qué pienso yo? Cito textualmente a un gran guitarrista, Andy McKee: "No toco delante de gente para demostrar mis habilidades y ser reconocido. Quiero crear la música que me gusta y transmitir lo que pienso a través de ella". Me parece una idea respetable, aunque no la comparto al 100%. Sinceramente me basta con transmitir mis sentimientos a la/s persona/s que yo quiero. Tocar para mi y para quien yo desee realmente hacerlo.


No hay comentarios:

Publicar un comentario