viernes, 2 de octubre de 2009

Rutina




Oyes un ruido conocido. Extiendes tu mano para detener ese sonido que cada día te transporta de los brazos de Morfeo al mundo de verdad. Te lavas la cara, comes y bebes algo (o no), te cambias de ropa, coges el coche y recorres sobre esas ruedas X kilómetros. Buscas un aparcamiento. Pisas el freno de pie, tiras del freno de mano, apagas el motor y abres la puerta. Al abrir la puerta, tu nariz percibe algo que ya conoces. Ese olor... te recuerda algo... la rutina.


Sí, me he despertado y la rutina me ha dado de lleno en la cara. Pero más que un golpe ha sido una caricia. Suave y cariñosa, además. A diferencia de otras veces, esta vez no he sufrido el ficticio "Síndrome Post-Vacacional", de hecho creo que me ha sentado bien. Me proporciona una distracción, cosa que necesito. Sin embargo, más que una sensación de "bienestar" por tener una distracción (que no la niego), es más bien una sensación de bienestar debido a lo que ello trae a tu mente. Cosas que ocurrieron tiempo atrás por estas mismas fechas y que ocurrirán este año de nuevo, o simplemente deseas con todo tu corazón que se vuelvan a repetir. Esto último creo que lo llaman nostalgia.




Quizá estoy equivocado en llamarlo rutina. No sé qué me voy a encontrar cada día, ni siquiera sé como me encontraré de ánimos, ni de salud (pequeño guiño al tremendo dolor de cabeza que padecía ayer noche cuando empecé a escribir esto). Ni siquiera sé si te veré a ti. Cada día es una historia distinta que contar. Fíjate, ¿quién iba a decir que yo mismo iba a crear un blog? Por ahora arrancaré el coche desde donde escribo esto de camino a casa, este coche que en su corta vida tiene impregnado en su tapicería el olor de tan buenos recuerdos, escuchando una frase que dice "I'm starting to believe the ocean's much like you..." lo cual me produce una placentera sensación de nostalgia... ¿o rutina? Que cada uno piense lo que quiera.

No hay comentarios:

Publicar un comentario